Las cortinas para no pasar frío más eficaces

Todas las cortinas tienen un efecto aislante, pero conviene distinguir las necesidades que se tienen dependiendo de la época del año. Es decir, hay cortinas para no pasar frío y otras más adecuadas para combatir el calor. En esta ocasión, nos centramos en las que ayudan a mantener nuestras casas más calientes.

1. El tejido screen, la opción más completa

Es evidente que el tejido es el factor más determinante al hablar de aislamiento térmico. No es un descubrimiento de estos tiempos, siempre se han cambiado las cortinas tradicionales de los hogares, poniendo unas de tejidos más livianos en verano y hechas con telas de más grosor en invierno.

El gran avance se ha producido con la llegada de los tejidos técnicos, en concreto el tejido screen. Su composición, una mezcla de fibra de vidrio o poliéster con revestimiento de PVC, proporciona un aislamiento térmico mucho más elevado que el de una tela convencional. Además, su estructura microperforada permite que pase la luz, de manera que puedes tenerlos bajados todo el día, sin perder iluminación natural.

Otra posibilidad de cortinas para no pasar frío son los estores térmicos. Su peculiaridad es que están formados por tres capas de tejido. La más exterior, puede ser de cualquier material y tiene una función decorativa. La intermedia es un tejido aislante (fieltro, espuma, franela). Finalmente, la que va en contacto con la ventana es un tejido reflectante que aprovecha el calor producido por los rayos solares. Si optas por estos estores, fíjate en el valor R que es el que indica el nivel de capacidad para bloquear el frío. Suelen moverse desde el R1 al R6.

2. Los estores son las mejores cortinas para no pasar frío

No solo el tejido afecta a la hora de garantizar el aislamiento térmico de una estancia. También es importante tener en cuenta el tipo de cortina que se elige. Los estores, por su diseño y ubicación respecto a las ventanas, crean una especie de barrera protectora que potencia el efecto aislante. Y es que, se genera un espacio entre el cerramiento y el estor que consigue que se disminuya el choque térmico entre el frío exterior y el calor del interior.

Es importante, por lo tanto, tener en cuenta la distancia a la que se sitúan los estores para asegurarte que se crea el interespacio suficiente para el aislamiento. Además, se debe cubrir completamente la ventana, incluidos todos los perfiles. De hecho, lo ideal es que sobrepase unos 10 centímetros para evitar cualquier traspaso del frío al interior.

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